Suma y sigue
Aparentemente, a pesar de todas esas cosas que nos pueden llegar a amargar el día, por un lado, tarde o temprano, acabamos pasando de estar sin ganas de nada a estar totalmente eufóricos. Y digo yo, ¿bipolaridad? Es una pregunta un tanto difícil, casi personal, es decir, depende de las personas; pero sí que es cierto que todo el mundo tenemos algo en común: existe un motivo. La mayoría de las veces no nos damos cuenta, pero es ahí cuando vemos realmente qué o quién nos importa, una acción totalmente involuntaria. Ves tu alrededor con otros ojos, otro color, en el cual aprecias cuántas personas hay entre tanta gente. Y cuando esto pasa, cuando alguien te da a entender todo esto, te das cuenta de que lo demás te da igual. Cosas que te preocupaban antes innecesariamente, ahora no son más que recuerdos con los que sentirte estúpido. No hay miedo. No existen imposibles. No quieres nada más. A partir de ahí felicidad y orgullo son una constante. Pero no nos engañemos, estamos en