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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Infancia sabia

Todas las personas al cien por cien, cuanto más mayores somos, más ganas tenemos de volver a ser pequeños. Te paras a recordar aunque sea un segundo, y no son más que sonrisas y buenos momentos que te vienen a la mente como agua en la peor tormenta. Tal vez sea por la escala de responsabilidades que va en proporción a la edad... A más peor. Pero qué va, de pequeños también teníamos nuestros momentos malos. Como cuando teníamos que dejar nuestra infancia en nuestro peluche favorito, ahí en la estantería en los mejores casos. Entonces un día vagueas por tu habitación, el desván, el trastero, o lo que sea y casi involuntariamente tu vista enfoca aquel peluche. Es, pues, cuando ves todo lo que has cambiado a lo largo de tu vida. Te acuerdas de cuando jugabas a las cocinitas o con el cochecito, él siempre era el invitado, el protagonista: tu amigo. Te lo pasabas genial, era el único que jamás te fallaba y escuchaba. Le confiabas tus mayores secretos, de alguna u otra forma conse