Del revés

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Al ver esto podemos apreciar el fin de una posible lucha, la cual desconocemos. No sabemos quién amarró las manos, ni el motivo, ni cómo consiguió librarse de ellas. El problema es que hoy en día no hace falta que nos aten las manos para sentirnos acorralados, solos, sin opciones... 

Ahora la propia sociedad crea esas amarras bajo su mejor máscara de confianza, esas que muchos se tragan y son los que menos se lo merecen. Tal vez por eso ahora cueste tanto confiar, es difícil cuando lo único que hacen es fallarte una y otra vez, ser tú el tonto de nuevo. Porque la confianza es aquello que tarda años en recuperarse y cuestión de segundos en perderse. Y cuando se pierde la confianza en uno mismo... Todo se complica. ''La esperanza es lo último que se pierde" dicen, pero a más de uno no le queda ni eso, todo porque ya te puedes esperar cualquier cosa... de cualquiera.

Lo peor es ser testigo de ello. Desmotiva ver que un simple comentario por pura envidia, cause tales efectos como el cambiar la rutina de pasarse horas y horas delante del espejo haciendo el tonto y riendo, por horas y horas llorando por verse en él dos segundos. Que una persona pase de sentarse en clase incluso en primera fila, a sentarse atrás del todo, solo, en una esquina. Que el salir a la calle sea todo un deporte extremo para una persona, vivir escondido, con miedo. Y así me podría tirar con mil casos más, tristemente cada uno de ellos, reales. Todo sale mal para el que hace todo bien. Es tan injusto, los malos siempre ganan y los buenos siempre pierden.

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