Sonríe, yo invito

Creo que nunca había visto a dos personas mirarse así. Sí, estaba en el autobús un día de verano y me llamó especialmente la atención una parejita de jóvenes que se sentaba una fila más adelante que la mía. En la tanda de filas de enfrente. Se reían, escuchaban música juntos (literalmente, porque usaban unos únicos cascos para los dos), se hacían de rabiar picándose el uno con el otro, hasta que alguno de los dos ponía cara de "vale, pues muy bien". Era gracioso, porque se les iba la tontería con solo mirarse, porque acababan riéndose (débiles). También se acomodaban en los asientos del autobús como un puzzle que encajaba a la perfección. A veces dormían, otro rato miraban vídeos graciosos. O incluso se ponían a observar a su alrededor sacando conclusiones de todo: aprendían juntos. Luego de vez en cuando les veía leer noticias y comentarlas críticamente. Hacían debates interesantes (todo hay que decirlo). Sin duda eran envidiables. Ojalá yo algún día. Bueno, finalmente ll

Sé que ahora mismo no soy más que una voz que ronda por tu cabeza. Acompañada sin quererlo tal vez de imágenes, recuerdos que sabrás que son algo más. Algo más porque sin darte cuenta sale una tímida sonrisa.  Aunque ciertamente la verdad esté en tus ojos. Esos con los que miras y no puedes engañar a nadie. La mirada es el espejo del alma. Cada persona es un mundo, y nosotros somos insignificantes seres a los que nos encanta viajar. La movida viene cuando llegas y no te quieres ir. O sí. Pero siempre con cierta compañía. Porque la vida al final trata de eso, ¿no? No va de años.  Ni siquiera del tópico 'daños'. Va de momentos. Va de personas. Personas como tú. Como en la que ahora mismo piensas. Tampoco esto se trata de un 'siempre', porque eso no es un instante, eso depende del resultado de dos personas con ganas e ilusión. Y eso se construye día a día. Llamémoslo "aquí y ahora". Ni siquiera se trata de un "hoy por ti, mañana por mi", si

Tal vez no sea tu mejor día, tal vez hoy no quieras saber nada de nadie, tal vez hoy no quieras levantarte de la cama, nada sale bien; tal vez hoy no tengas ganas de encontrarte a nadie, que solo quieras ir con los cascos por la calle y evadirte un poco de todo; de todo eso que (te)agobia. Tal vez hoy te mires al espejo como todos los días, y te entren ganas de romperlo. Y no por lo que ves, sino por ver que realmente te has dejado vencer. Únicamente tiras de la decepción, de pensamientos negativos, esos capaces de hacerte ver el cielo negro en el más soleado del año... qué frágiles somos; y qué grande es nuestra fachada, la que muchas veces es más transparente que el agua, o mejor dicho, la que muchas veces se hace trasparente a los ojos de quien consigue entrar. Pero, ¿eso es todo? Qué iluso. Una vez me dijeron que querer es poder. Y me lo creí. Te llenan los oídos con lo que quieres oír. Es lo que pasa cuando dejas tus herramientas a quien no sabe usarlas,