Fucking love
Creo que nunca había visto a dos personas mirarse así. Sí, estaba en el autobús un día de verano y me llamó especialmente la atención una parejita de jóvenes que se sentaba una fila más adelante que la mía. En la tanda de filas de enfrente. Se reían, escuchaban música juntos (literalmente, porque usaban unos únicos cascos para los dos), se hacían de rabiar picándose el uno con el otro, hasta que alguno de los dos ponía cara de "vale, pues muy bien". Era gracioso, porque se les iba la tontería con solo mirarse, porque acababan riéndose (débiles). También se acomodaban en los asientos del autobús como un puzzle que encajaba a la perfección. A veces dormían, otro rato miraban vídeos graciosos. O incluso se ponían a observar a su alrededor sacando conclusiones de todo: aprendían juntos. Luego de vez en cuando les veía leer noticias y comentarlas críticamente. Hacían debates interesantes (todo hay que decirlo). Sin duda eran envidiables. Ojalá yo algún día.
Bueno, finalmente llegué al final del trayecto en bus y tocaba bajarse, coger la pesada maleta y tirar con todo el calor para casa. Para mi sorpresa, también era la parada de esta parejita. Ahora no me venía nada mal tener un novio que me llevase la maleta, la verdad. Lo cierto es que también coincidí con ellos en gran parte de mi trayecto. Yo no sé cómo podían seguir con esa cara de embobados con el calor que hacía. Ni cómo podían estarse riendo. A mí se me hubieran freído los chistes. El amor, supongo.
Una vez en casa, al fresquito por fin, me puse a ver el móvil, para variar. Lo mismo de siempre. Culebrones de Telecinco, las guerras, lo mal que va España y las millonadas de los fichajes de jugadores de fútbol. Qué aburrimiento. Gracias a quien sea quien hay arriba, me llegó un whatsapp de mi mejor amiga proponiéndome ir al parque de atracciones de la ciudad. Cómo iba a decir que no. Además tenía muchas ganas de verla.
Quedé con ella donde siempre para ir juntas a la parada de autobús que nos llevaba al parque. Y para (ya no tanto) sorpresa me volví a encontrar a la parejita. Cualquiera que supiera todo esto pensaría que los estaba siguiendo. Iban también al parque de atracciones. Y se notaba que eran nuevos, pues aunque estaban bastante por delante mía en la calle los veía a ambos mirando a todos lados, preguntando a gente y demás. Estaban un poco perdidos pero parecía que no les importaba demasiado. De hecho me atrevería a decir que les encantaba. Porque estaban juntos y realmente era lo único que necesitaban.
Os contaría mi día en el parque de atracciones pero hoy veo más interesante contaros la de ellos. Obviamente no íbamos todo el rato detrás, pero los vi bastante y con unos segundos o minutos (las colas para las atracciones dan para mucho) era suficiente para ver todo aquello que desprendían. Ciertamente actuaban como un auténtico equipo. Se turnaban para llevar la mochilita que llevaban y se hacían bastantes fotos uno al otro y juntos. Desprendían tanta felicidad. Pero no solo se les veía como novios. También se veían buenos compañeros. Sobretodo de hacer el tonto, porque solo a ellos se les ocurría hacerse vídeos y fotos imitando a estatuas que describían un gesto o acción; o incluso en medio de la calle hacer "play-back" de la canción que sonaba en aquel momento. Tampoco les importaba montarse en todo. Y digo en todo porque tanto valor tuvieron para montarse en las montañas rusas como en las atracciones de los más peques. Eso sí, a la chica en las fuertes se le veía en la cara que le costaba algo más. Creo que de no ser por su compañero no se habría atrevido, porque él la animaba mucho y le trasmitía seguridad con cada abrazo. Y así era, porque al salir de la atracción salía como eléctrica y con ganas de volver a repetir.
También os digo que no creo que todo en ellos sea perfecto, pero sí que creo que juntos pueden con cualquier cosa. Que todo lo hacen juntos y así son mejores. Creo que ambos sienten una gran admiración por el otro; y en consecuencia miedo a perder algún día. Pero también creo que eso se les va cada día cuando juntos se miran el uno al otro con los ojos llenos de los sentimientos más sinceros del mundo, que a veces son difíciles de soltar.
Creo que no os imagináis lo maravilloso que es ser un miembro de esa pareja.
Mil gracias,
Eres maravilloso.
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