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Vive y deja vivir

D emasiadas palabras que se quedan dentro, no queriendo salir. Me gustaría saber por qué, ya que donde mejor están es fuera, ¿acaso no es por eso que hablamos? Es fácil decir a simple vista si una persona acostumbra a hablar o no. Pero es algo que jamás sabremos realmente. Pues también hablamos en nuestra mente, para nosotros. Digamos que yo me incluyo en este tipo de personas. Será por mis mínimas ganas de discutir a veces, o simplemente, no me interesan los comentarios o respuestas. Ciertamente, muchas veces, demasiadas, frente a la pantalla del ordenador me siento con mil y unas historias sobre las que hablar, para, finalmente, ver que frente al espacio en blanco... Nada, ni una letra. De veras que es algo que frustra, y más cuando te quieres desahogar, pero supongo que todo tiene un tope. Y como todo, los topes se sobrepasan. Desde luego hay días y días, aunque el principal problema de todo es que tal vez pasen demasiado rápidos para algunas personas. Tanto, que

590 km

Mucha gente me pregunta a menudo : Tiene que ser muy jodido, ¿cómo lo hacéis? Pues bien responderé abiertamente... Sí, es jodido, muuuuuy jodido. Es difícil estar en el mismo lugar sin él; ir a los sitios que ibas con él, sin él; incluso hablar por teléfono sabiendo que hace escasos minutos estaba enfrente tuya; ver a parejitas que discuten por auténticas tonterías; incluso ir por la calle y solo ver parejas cogidas de la mano.. Sí, como íbamos nosotros cada vez que teníamos esa bonita oportunidad...  También se hace complicado ver nuestras fotos, recordando esos instantes que tanto te gustan con él, pero esta vez, en vez de a su lado, en la tarde lluviosa de un domingo, sola, en tu cama.  Aún más jodido es ese escalofrío que te entra, que duele hasta el último hueso de tu cuerpo, añorando sus abrazos y demás muestras de cariño, esas que te hacen escapar una sonrisilla cuando a lo mejor llevas el peor día de tu vida bajo tus hombros. “Idiota :')“ pien

Palabras

Esas que no dicen nada, que marcan o que simplemente sueltas dependiendo del momento. Frases que te las sabes de memoria, o que tal vez sean inesperadas. Testamentos que solo pocas personas son capaces de escribirte... Todo son palabras, muchas o pocas, que lo son todo o que al mismo tiempo son capaces de quitarte lo poco que tenías. Pueden crear la herida que más duele sin sangrar. O emocionarte en cuestión de segundos. Todo depende únicamente de una cosa: la persona que te las dice. Pocas son las que realmente causan estímulos en ti. Es algo de lo que uno debe darse cuenta. Porque ahí están las personas que realmente te importan, o quizás, las que no deberían importarte. Habiendo el gran caos que las palabras pueden causarte, deberías irte planteando quiénes son las personas a las que deberías dejar esa capacidad, sabiendo de buena tinta que jamás lo harían. Es muy fácil: piensa en ti de una vez. Es verdad que da miedo, porque cuan