El juicio olvidado
Me pregunto cómo sería el mundo con
esto de no hacer lo que no te gustaría que te hicieran.
Sin llegar a extremismos, no sé qué sería de esa gente que se
crece a costa de la humillación o marginación de otra. Por otra
parte me alegraría por toda esa gente que pasó primero por alguna
situación, y por la ausencia de experiencia de los demás en la
misma, se sintieron incomprendidas e incluso solas.
Es
triste que cuando directamente vemos algo diferente, pensemos que es
“raro”. Y más aún que hagamos cumplir sentencia, sin juicio.
Así sin venir a cuentas.
La
gente no ve más allá de tu carita bonita, y es algo que te tienes
que comer. Con lo fácil que es ponerte en el lugar del otro unos
segunditos y mirar a ver qué harías en tal situación... Pero
claro, eso no lo puedes enviar a alguien como un simple whatsapp.
Solo queda rezar y que por el azar de la vida, ellos también lleguen
a donde estás.
Te
toca aguantar comentarios que sabes que te duelen. Así como liadas
de las personas que menos te esperarías en este mundo. Es una época
de decepciones, amigo. Y es cuando más fuerte tienes que ser. Cuando
más te tienes que querer a ti mismo. Porque eres lo que eres sin
haber molestado a nadie. Estás creciendo como persona. No como mucha
gente ahí fuera.
Sin
embargo, te das cuenta de que no sientes rencor. Sino pena y cierto
entusiasmo por ver la cara que se les quedaría en tu situación, en
el caso de que llegasen a ella. Es como asentir a tu hermano pequeño
cosas para que te deje en paz y vea la respuesta por sí solito; pues
el mejor maestro hoy en día es la experiencia. Tendemos a ir por lo
fácil, y no vemos que realmente nos complica mucho más todo. Y tú
estás por lo difícil. Lo más difícil tal vez. Pero oye, serás
mil veces más fuerte y el día de mañana sabrás manejarte mejor.
Llegas
casi sin aliento al final, con una coraza bien forjada a base de
noches sin dormir y tardes sin poder concentrarte. Y al final pasa.
Pasa que toda esa gente que te criticó ahora lo comprende todo
porque se encuentran ante esa situación. Claro, ahora eres increíble
para ellos porque saben de buena mano al fin por lo que has pasado.
Pero, ¿eso es todo? ¿Después de lo que pasaste? Injustamente en
muchas ocasiones sí. Pero tampoco pides tanto, solo quieres
normalidad. Sin darte cuenta ves que a tu alrededor queda la gente de
verdad, la que a pesar de todo ha estado ahí, aunque distante.
Es por
eso que pase lo que pase, siempre tienes que tener en cuenta que el
tiempo pone a cada uno en su lugar. Aunque el final se haga de rogar
y tarde, siempre tendrás cosas positivas que sacar de todo lo vivido
y de tu día a día. ¡Trabajar en silencio y simplemente dejar que
el éxito haga todo el ruido!
Bienvenido
a la vida. La de verdad.
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