Tardes de domingo
Recuerdas lo que no hace mucho te
rompió el alma en pequeños pedacitos. Tan pequeños que parece
imposible volver a quedarla como antes. Como si eso marcara un antes
y un después en tu vida. Y es que eso es así.
Miras la tele, y en pocos minutos ves
que no estás atendiendo a ella. Estás pensando en eso. Tu mente
está en otro sitio tratando de comprender lo que pasó. Cómo de un
día para otro pudo cambiarte la vida, así sin avisar.
Lo peor de todo, es que no te diste
cuenta de ello antes.
Todo porque estabas en un cuento. Y los
cuentos de hadas no existen.
Sigue lloviendo.
Ya no vale hacerse el loco y hacer como
si nada hubiera pasado. Aunque lo creamos y lo hagamos, es imposible
de ocultar. Sobretodo cuando sabes que no has zanjado el tema. Cuando
aún quedan preguntas en el aire. Cuando sabes que aún tienes un par
de cosas que hacer al respecto y no te atreves.
Tomando un café te quedas mirando
fijamente la espumilla de tu nesspreso, mientras echas una ojeada por
la ventana. Y sin quererlo otra vez tu mente queda dispersa en tus
pensamientos más profundos e inconfesables.
Una mujer saliendo de la multitienda
del barrio.
“Qué pasó...”
Un peatón cruzando por el paso de
cebra estando el semáforo en rojo.
“Por qué pasó...”
Y así hasta que nada más te llama la
atención.
Sale el sol.
Entonces los paraguas desaparecen, las
calles se empiezan a llenar y sales al exterior apreciando ese olor a
humedad que muchas veces echas en falta. Porque para ti es sinónimo
de libertad y tranquilidad. Te recuerda a tus escapadas al campo para
descansar unos días.
Vas caminando con cuidado para no pisar
esos lagos que a veces se forman en las aceras debido a la lluvia.
“Bueno, en verdad es mejor así...”
Por el camino te encuentras a un joven
que mientras canta para ganarse algunas monedas, te sonríe.
“Vivía en una mentira...”
Y te encuentras a una vieja amiga que
no veías en años, pues se fue a trabajar fuera de tu ciudad.
“Estoy mejor así, y ahora haré...”
Y llegas a casa.
Con una sonrisa tonta, porque ves que
aunque el día se ponga feo, siempre sale el sol. Donde si te
pierdes, puedes encontrarte. Sabes que estás preparado para mil
tardes de domingo más.
Que... ni siquiera los problemas son
para siempre.
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