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Mostrando entradas de enero, 2014

Russo: Capítulo 4

“Des…, señ… ¿Hol…?” dijo una voz que retumbaba por mi cabeza. Intenté abrir los ojos. Conseguí abrirlos un poco y vi una imagen, borrosa, una niña de pelo como el oro, rizado. “Despierta ya señoritaaa” logré oír con  claridad. Abrí los ojos del todo y conseguí incorporarme. Me alegré al saber que no estaba muerta, que no me había quedado allí. Me llevé la mano a la cabeza, un fuerte dolor me estremecía. “¿Estás bieeeen señoritaaa?”  seguía preguntándome incesante la niña. Entonces se abrió la puerta y entró una persona mayor, mandando callar a la niña que no paraba de preguntarme. Me dedicó una sonrisa que me inspiró confianza. Me ofreció una taza de leche caliente, preguntándome qué me había sucedido. Respiré hondo y le conté todo. La mujer no daba crédito a todo lo que estaba escuchando… Aunque la verdad, algo me decía que no sería la primera vez que acogía a algún curioso sobre el caso en casa; pues me comentó que vivía cerca de aquella finca. Su pelo era largo y canoso, sus manos

Russo: Capítulo 3

Mi estado de ansiedad me dificultaba ya la movilidad, quería estar con James, volver atrás en el tiempo y que nada de esto hubiera pasado, quería volver a ver la luz… Mi vida por unos segundos. Escuché entonces algo, una voz, y tras concentrarme bien para entender lo que decía (estaba algo aturdida del impacto), comprendí que se trataba de una voz infantil muy segura de sí misma que repetía una y otra vez: “Es tu hora”. Mis nervios fueron a más. Nuevamente me levanté en busca de alguna salida. Y nada. Ya no sentía los nudillos. “Lo intenté” me dije a modo de satisfacción. La niña seguía repitiendo aquellas palabras, pero no la conseguía ver. Tampoco notaba que esa voz se moviese, es decir, estuviese donde estuviese aquella niña, no se movía. Tras darme cuenta de eso y estar unos minutos así, dejé soltar un gran suspiro, de estos en los que notas que el peligro ya pasó, pero que debías de seguir estando alerta. Me moví unos centímetros a la derecha, con cuidado y procurando hacer e

Russo: Capítulo 2

A la mañana siguiente quedé con James en el bar de nuestra amiga Teddy a las nueve de la mañana, el lugar idóneo para entablar una conversación, e incluso una entrevista de trabajo, pues era un bar tranquilo pero a la vez alegre, resultaba agradable la estancia. Tras exponer cada uno lo que había encontrado, que fue más o menos lo mismo, decidimos no perder el tiempo y partir hacia la localidad donde se encontraba aquella pequeña finca esa misma mañana. Cogimos el tren de las doce y en nada ya nos veíamos enfrente de las puertas de entrada de aquella finca. James y yo nos quedamos boquiabiertos al ver ya solo la imagen que teníamos delante de nuestras narices. Al juzgar por las plantas, allí hacía muchísimo tiempo que no penetraba ningún rayo de luz, estaban completamente secas y muertas.  James me miró y le devolví la mirada con un “vamos”, seguido de un paso adelante mío. Para nuestra sorpresa la puerta resultó estar cerrada. Después de escanearla de arriba abajo y de un lad

Russo: Capítulo 1

"Buenas tardes, soy la inspectora Russo, ¿en qué puedo ayudarle?" ... Hacía tiempo que no sonaba el teléfono de mi oficina con aquellas palabras. Ya no llegaban  casos que resolver, todo iba a manos de la policía, cosa que me daba mucha rabia porque la mayoría de las veces dejaban los casos sin resolver; lamentable. Aún recuerdo cuando mi cara bonita salía en todas las portadas de Nueva York, iba saliendo a la luz mi nombre, Catherine Russo; creciendo mi fama. Pero como todo en esta vida, lo bueno acaba, y más tratándose de tendencias, esas que pasan más fugazmente que incluso la vida misma. Hacía ya dos años que mi despacho estaba desierto, no por falta de mobiliario, ni mucho menos (incluso me atrevería a decir que de eso sobraba), sino de papeleo, de casos sin resolver, y es que ya no era la mera posibilidad de que hubiese ahí delincuentes en libertad, que ya era más que motivo para arrancar en mi carrera; en mi opinión el verdadero impulso de hacer todo esto es e

Quien ríe el último ríe mejor.

TÚ; ¿Qué es en lo que piensas ahora en tus ratos libres? ¿Qué fue de ese "no paro de pensar en ti"? ¿Y de ese PARA SIEMPRE? Está claro que por tu parte un "Hola" y un "Te quiero" estaban a la misma altura. Sí, magnífica jugada por tu parte, enhorabuena. Pero te arriesgaste a que jugase mejor, sí; ahora ¿quién se come la cabeza todas las noches?, ¿quién se culpa continuamente de todo?, ¿quién se siente vacío, sin ganas de nada?, ¿quién se siente como una auténtica mierda?, ¡¿quién?! Lee la primera palabra. Te mando una de mis mejores sonrisas Atentamente, alguien que te quiso.

O contigo o con nadie

Cuando no sabes por dónde tirar. Cuando no sabes qué hacer ni cómo reaccionar. Cuando no tener ganas de nada se convierte en tu rutina. Cuando esperas un mensaje, llamada o visita de alguien que te alegre el día. Cuando todas esas preguntas te abruman, te agobian. Cuando no te tienes ni a ti mismo. Cuando solo te decepcionan. Cuando todo te aburre. Cuando lo ves todo gris. Cuando no le encuentras sentido a nada. Cuando dejas de ser tú mismo. Tarde o temprano, llega. Llega un hombro sobre el que apoyarte siempre. Una persona culpable de tu sonrisa día a día. Te hace reír. Te sorprende continuamente. Te distrae en tus peores días. Te hace sentir especial. Te da sorpresas. Te enseña a valorarte como persona que eres. Ver las cosas desde otro punto de vista en el que lo ves todo más claro. Es esa respuesta y solución a todo. Entras en un estado continuo de felicidad; eso que ya ni recordabas qué era. Y es que es eso. Después de años y años llevándote nada más que palos, acostumbrad